................. |
EL CASO BARILOCHE
"
Muy pocas veces la opinión pública
tiene la posibilidad de ver a experimentados pilotos testimoniar
tan contundentemente un suceso de esta naturaleza."
|
Agradecimientos:
A cada uno de los testigos, que en este trabajo se mencionan,
que nos brindaron desinteresadamente su testimonio, en especial
al Comandante Jorge N. Polanco, al 1ª Oficial Carlos A.
Dortona, al Comandante Principal Rubén A. Cipuzak y a
Berta y Silverio Cabral; al investigador Nestor Echarte y flia.
(Bariloche); a Carlos G. Fernández (España), a
Alberto Brunetti (GIFAD) por el material aeronáutico;
a Claudio Miszka (CEFU) por el archivo periodístico;
a Daniel López (Hemisferios) y a la Jefatura del Aeropuerto
de San Carlos de Bariloche que nos permitió entrevistar
a sus empleados y tuvo la amabilidad de enviarnos copias de
los informes
A todos aquellos que, de una manera u otra, han colaborado con
nosotros
.
|
Comandante
Jorge Polanco
|
Notas
de la introducción:
*Oscar A. Uriondo: Pionero investigador y metódico
analista de la temática OVNI en la República
Argentina. Autor de numerosos artículos. Colaborador
de prestigiosas revistas especializadas de la Argentina y
del Extranjero. Autor de tres importantes y fundamentales
libros: "Objetos Aéreos No Identificados. Un enigma
actual"; "El problema científico de los OVNI",
ambos de Editorial Plus Ultra, escritos en 1965 y 1968 respectivamente.
Y "Los aterrizajes de OVNI en la Argentina", editorial
CEFAI, 1972.
|
.
"Esta
aeronave, los pasó "como poste parado",
a decir del comandante principal"
|
NOTAS
DE LA PRIMERA PARTE
*Instituto
Geográfico militar. Carta topográfica (1984)
(1)
Un pie equivale a 30 centímetros. 31.000 pies es
igual a 9.300 m.
(2) Cabe señalar que a causa de las intensas
nevadas que continuaron castigando a la región, el
aeropuerto quedó inoperable el día miércoles
2 de Agosto.
(3) Los stratoscúmulus son nubes bajas que
se encuentran normalmente entre los 600 y 1.500 metros de
altura. (Stratoscúmulos : Banco, velo o capa de nubes
grises o blanquecinas, o grises y blanquecinas...con forma
de losas, de guijarros, de rodillos, etc. ; de aspecto no
fibroso...Pueden ser traslúcidos e incluso deja ver,
por algunos sitios, al azul cielo.- Meteorología
para aviadores - Editorial Paraninfo - Autor : Willy Eichenberger)
(4) El GN-705 volaba a la ciudad de San Carlos de
Bariloche a buscar a un bebe que debía ser operado
de urgencia en un sanatorio de Capital Federal.
(5) 4.800 metros.
(6) 1 nudo equivale a unos 1,85 Km./h.. En este caso
la velocidad era de unos 388 km./h
(7) "Tránsito" en el argot aeronáutico
es otra aeronave en vuelo.
(8) Cabe señalarse que el avión de
Aerolíneas Argentinas no llegó a realizar
una espera de 8 o 10 minutos, a 100 millas del aeropuerto,
como había declarado el Comandante Jorge Polanco.
Según nos expresó el 1ª Oficial Carlos
Dortona, tan solo se limitaron a disminuir la velocidad
y a no iniciar el descenso, por si acaso debían buscar
un aeropuerto alternativo. Y tanto los horarios y las distancias
que se registran en la transcripción de la Torre
le dan la razón al copiloto.
(9) Alternativa . El Reglamento de Vuelo, en su 7a.
edición, del año 1988, define al aeródromo
de alternativa de la siguiente manera: Aeródromo
de alternativa: Aeródromo al que podría dirigirse
una aeronave cuando fuera imposible o no fuera aconsejable
dirigirse al aeródromo de aterrizaje previsto o aterrizar
en el mismo. Existen los siguientes tipo de aeródromos
de alternativa :
"Aeródromo de alternativa post-despegue : Aeródromo
de alternativa en el que podría aterrizar una aeronave
si esto fuera necesario poco después del despegue
y no fuera posible utilizar el aeródromo de salida.
Aeródromo de alternativa en ruta : Aeródromo
en el que podría aterrizar una aeronave si esta fuera
objeto de condiciones anormales o de emergencia en ruta.
Aeródromo de alternativa de destino : Aeródromo
de alternativa al que podría dirigirse una aeronave
si fuera imposible o no fuera aconsejable aterrizar en el
aeródromo de aterrizaje previsto.
Nota : El aeródromo del que despega un vuelo también
puede ser aeródromo de alternativa en ruta o aeródromo
de alternativa de destino para dicho vuelo."
Por consiguiente, el vuelo 674, tenía la opción
de aterrizar en el aeropuerto de Neuquén o en su
defecto, regresar a Aeroparque.
(10) Efectivamente, y de acuerdo a los cálculos
obtenidos "in situ", el fenómeno era observado
entre los 240 y 270 grados de acimut y la altura, en grados,
se estimó en 35º o 40º aproximadamente.
(11) En más de una oportunidad se dijo, y
se escribió, que el avistamiento de éste matrimonio
aconteció en una ultima instancia de los hechos acontecidos
esa noche. Ubicándolo erróneamente en la etapa
que ocurriera 30 minutos después, cuando el avión
de aerolíneas efectuaba el "escape" mientras
la tripulación del avión de Gendarmería
llevaba a cabo su observación. Pero como vimos, el
matrimonio Cabral fueron los primeros y no los últimos
en observar uno de los fenómenos aéreos anómalos
de esa noche y durante el apagón de energía
eléctrica que dejó a oscuras la región
|
B. Cabral
|
S. Cabral
|
(1ª
Parte)
Investigación
realizada por Juan Pablo Gómez y Oscar Adolfo Uriondo*
"A
la memoria del Comandante Principal de Gendarmería Nacional
Juan Domingo Gaitán".
El
Caso Bariloche es, indiscutiblemente, uno de los incidentes OVNI más
importante no solo de la casuística argentina,
sino incluso a nivel Internacional. Este suceso acontecido el 31
de julio de 1995 en la región de San Carlos de Bariloche
(Pcia. de Rio Negro, Argentina) conmocionó a la opinión
pública mundial como pocos casos lo han hecho hasta la fecha.
Prueba de ello es la inclusión del mismo como unos de los más
destacados "Casos aéreos mundiales" en el recientemente
difundido "Reporte Cometa". ¿Para que debemos prepararnos
nosotros?". Dossier de noventa páginas elaborado por un
grupo independiente integrado por calificados civiles y militares del
Instituto de Altos Estudios de la Defensa Nacional (IHEDN) de Francia
que, antes de ser difundido, fue elevado para su conocimiento al presidente
de ése país Jacques Chirac y a su primer ministro
Lionel Jospin.
Y su importancia radica, creemos, no tanto en la extrañeza
de lo observado
(pues estamos de acuerdo que existen numerosos hechos más extraños
aún, como el "fenómeno aterrizaje" o "los
Encuentros Cercanos del 3ª Tipo", por ejemplo) sino en el
comportamiento manifiesto de los fenómenos aéreos anómalos
que esa noche se observaron en Bariloche y, por su puesto, en la calidad
y cantidad de testigos involucrados. Muy pocas veces la opinión
pública tiene la posibilidad de ver frente a una cámara
de televisión a experimentados pilotos testimoniar tan contundentemente
un suceso de esta naturaleza.
Por otro lado, el Caso Bariloche vino a suceder poco tiempo antes
de otro hecho que se perfilaba como la noticia del año, en cuanto
a OVNIs se refiere; estamos hablando de la filmación de la "autopsia
de un ser extraterrestre" que a poco estaba de difundirse, y que
había sido precedida de una intensa campaña publicitaria.
Era sabido que si se comprobaba el fraude de la filmación -como
muchos ufólogos ya sospechábamos y así lo hacíamos
saber- ésta sería aprovechada por los grupos radicalmente
escépticos para restarle credibilidad al
Fenómeno OVNI y por consiguiente a la investigación seria
del mismo. Sin embargo, las intenciones de los "refutadores"
no prosperaron porque para cuando las imágenes se transmitieron
en exclusiva por un canal de televisión, los hechos de Bariloche
todavía estaban demasiado frescos en la memoria de la gente y
el ya confirmado montaje comercial tan solo pasó a hacer una
anécdota, como muchas otras. Por el contrario, luego de lo acontecido
en el aeropuerto rionegrino, muchas personas que daban poco o ningún
crédito a los testimonios OVNI, han cambiado su parecer.
Cuando nos decidimos emprender la realización del informe, nos
dispusimos primero, a ordenar todo el material periodístico que
habíamos recogido y nos encontramos con una verdadera montaña
de recortes de prensa y varias horas de grabación en audio y
video de las entrevistas radiales y televisivas a, por lo general, tres
de los numerosos testigos que participaron (Comandante de Aerolíneas
Argentinas Jorge Polanco y los Comandantes de Gendarmería
Nacional Juan D. Gaitán y Rubén Adolfo Cipuzak).
Pero a pesar de la masiva difusión, que nos permitió reunir
una importante cantidad de material, comprendimos que la secuencia de
los acontecimientos no estaba demasiado clara. Entre las versiones periodísticas,
e incluso entre los propios testigos, existían contradicciones
que generaban lagunas al pretender reconstruir, paso a paso, los hechos.
Por tal motivo, decidimos empezar de cero, iniciando una exhaustiva
y metódica investigación, Investigación que nos
obligó a viajar en dos oportunidades a la ciudad de San Carlos
de Bariloche y a entrevistarnos con, al menos, dieciocho de los testigos
involucrados. (Nos consta, por referencias periodísticas o propias
de las pesquisas, que existieron algunos más pero que por una
razón u otra no hemos logrado entrevistar. Ellos serían:
tres taxistas en el estacionamiento del aeropuerto; el Sr. Daniel
Bereau, vecino de la ciudad de Bariloche, y el chofer y médico
de la ambulancia de Gendarmería. Con éstos, el número
ascendería a veinticuatro).
Además de las entrevistas de rigor, incluyendo al personal de
la Fuerza Aérea en las mismísimas instalaciones del aeropuerto,
hemos obtenido copias de los informes por ellos elaborados como así
también de la transcripción de las comunicaciones entre
las aeronaves en vuelo y la torre de control. Documentos, como se evidencia
en sus páginas, que fueron elevados al Jefe de la Región
Aérea Centro, del Comando de Regiones Aéreas de la Fuerza
Aérea Argentina.
A la fecha hemos reunido el material suficiente, aún cuando quedan
cabos por atar, para esbozar ciertas sospechas y descartar con fundamento
las explicaciones que se han barajado; algunas, convengamos en aclarar,
por demás insólitas y hasta poco serias esgrimidas, como
no podía ser de otra manera, por conocidos escépticos
que intentaron derribar el caso a poco de salir a la luz. Obviamente,
y como ya es moneda corriente, sin siquiera tomarse la molestia de investigarlo
a fondo. Pero....como bien dice el refrán "no hay mal que
por bien no vega" pues sus pretendidas explicaciones ponen en evidencia
el "rigor científico" que utilizan en sus investigaciones
y dejan en descubierto las verdaderas intenciones: echar por tierra,
sea como sea, un posible caso OVNI.
Para finalizar esta especie de introducción, el trabajo que ahora
presentamos va a estar dividido en tres partes. La primera con el inicio
de los vuelos, su aproximación al aeropuerto de Bariloche y el
avistamiento del matrimonio Cabral; en la segunda, se expondrá
toda la secuencia, de acuerdo a nuestra investigación, de cómo
se registraron los avistamientos principales hasta el aterrizaje de
las aeronaves; y en la última el análisis de los hechos.
Por último queremos señalar que si bien éste no
es el informe completo que hemos elaborado, el cuál es más
extenso aún, gran parte del mismo está reflejado en las
páginas siguientes, en exclusiva para Gaceta OVNI. Seguramente
el lector se sorprenderá al descubrir hechos que no fueron contados
en su momento y testimonios que nunca vieron la luz pública.
Esperamos que éste trabajo sea de su agrado y que arroje algo
de luz sobre lo ocurrido el 31 de Julio de 1995, en San Carlos de Bariloche.
Vayamos, sin más, a los hechos:
Los Hechos
Lunes. 31 de Julio
de 1995. Capital Federal.
A las 18.30
horas aproximadamente, el vuelo 674 de Aerolíneas
Argentinas (ARG-674) despegó del Aeroparque Metropolitano "Jorge
Newbery" con destino a la ciudad de San Carlos de Bariloche, Pcia.
de Río Negro; a donde tenía previsto llegar a las 20.27
h.
Al mando de la aeronave, un Boeing 727-200 trirreactor, estaba
el comandante Jorge Nestor Polanco (42 años - más
de 10.000 horas de vuelo); en el puesto de copiloto se encontraba el
1er. oficial Carlos A. Dortona (48 años - 9.000 horas
de vuelo); y el ingeniero de vuelo Jorge Allende (36 años-
15 de experiencia aeronaútica). Ocasionalmente viajaba junto
a la tripulación el Sr. Roberto Benavente, copiloto de
Boeing 747.
En la cabina de pasajeros, que sumaban alrededor de un centenar, las
azafatas cumplían con sus respectivas tareas.
En Capital Federal era una noche fría, con cielo completamente
despejado y con excelente visibilidad, por lo que las condiciones para
el vuelo eran óptimas. Minutos después del despegue, el
727-200 alcanzaba su altura crucero: 31.000 pies. (1)
Se conocía que en todo el sur de nuestro país se venían
registrando temperaturas extremadamente bajas. La Patagonia estaba soportando
uno de los inviernos más duros de los últimos tiempos;
temporales de lluvia y nieve azotaban la región, provocando numerosos
trastornos en la vida de sus habitantes.
El Aeropuerto Internacional "Tte. L. Candelaria", distante
de la ciudad de San Carlos de Bariloche a 10 kilómetros, no estaba
exento de los problemas que las grandes nevadas ocasionaban; sin embargo,
el constante y tenaz trabajo de sus operarios permitía, hasta
la fecha, el funcionamiento de sus instalaciones.(2)
Amén del frío imperante, las condiciones meteorológicas
de esa noche en la ciudad rionegrina eran buenas. El cielo se presentaba
parcialmente nublado, con nubes del tipo estratoscúmulus (Sc)
pero, con muy buena visibilidad. (3).
Aeropuerto de Neuquén.
Pcia. de Neuquén.
A las 19.50 h. aproximadamente, decolaba con rumbo a San Carlos de Bariloche,
un avión Cheyenne PA 115, biturbohélice, perteneciente
a Gendarmería Nacional (GN-705).
Su reducida tripulación estaba integrada por tres gendarmes:
el piloto, comandante Juan Domingo Gaitán (15 años
de experiencia, más de 8.000 horas de vuelo), el copiloto comandante
principal Rubén Adolfo Cipuzak (comandante de la aeronave
- 12.000 horas de vuelo) ; y por último - pero no por menos importante-
por el mecánico de abordo, el sargento Joaquín Gómez.
La misión que tenían asignada era la de realizar un traslado
sanitario(4) de Bariloche a Capital Federal.
Un "tránsito"
no reportado.
A las 20.05 h. aproximadamente - según se desprende del testimonio
del comandante principal Rubén Cipuzak- cuando sobrevolaban la
región sur del lago del embalse de "El Chocón"
- a 16.000 pies de altitud (5) y a una velocidad de 210 nudos (6)-,
pudieron advertir el paso de un "tránsito"(7) que,
a menor altura que la que ellos estaban, los sobrepasó por la
derecha a gran velocidad, perdiéndose de vista rápidamente
en dirección Sur...en dirección a Bariloche.
Esta aeronave, que los pasó "como poste parado" -a
decir del comandante principal- se apreciaba como una luz roja que prendía
y apagaba al igual que el beacom (la luz giratoria que señala
el motor en marcha) de un avión. Según sus estimaciones,
volaría entre los 6.000 y 8.000 pies de altura (1.800 y 2.400
m. respectivamente) sobre el río Limay o bien sobre la Ruta Nacional
237; es decir, unos nueve mil pies por debajo de los gendarmes.
A raíz de la velocidad que imprimió esa aeronave para
perderse de vista en escasos segundos, ambos testigos pensaron que acababan
de observar el vuelo de un jet militar. Sin embargo, nos confesaría
el comandante principal Cipuzak, dos cosas le llamaron poderosamente
la atención: Por un lado, su nivel de vuelo ya que para el testigo
es inusual que un jet se desplazara a tan baja altitud, pues la particularidad
que éstos aviones tienen es la de volar alto para evitar, entre
otras cosas, un mayor consumo de combustible; y por otro lado, el hecho
de que no se hubiera notificado con el aeropuerto de Neuquén
(al cual los gendarmes habían abandonado radialmente segundos
antes) ni con Ezeiza control.
¿ Un tráfico pirata?... la duda quedó flotando
en el aire de la cabina.
A 80 millas del Aeropuerto
barilochense.
A las 20.15 h. aproximadamente, y cuando el ARG-674 se encontraba a
unos 145 kilómetros del aeropuerto de destino, manteniendo su
altura crucero, los pilotos observaron que las luces de la ciudad de
San Carlos de Bariloche -que desde esa posición eran perfectamente
visibles- se apagaron. Ocurriendo lo mismo con las radioayudas de abordo
que, precisamente, es el instrumental que recibe la señal de
tierra.
Al instante, desde el aeropuerto barilochense, se comunicó con
la tripulación el Sr. Gustavo Bianchi (despachante de vuelo de
la compañía), para informarles que un apagón se
había cernido sobre toda la región.
De forma inmediata, el copiloto Carlos Dortona puso al corriente de
los hechos a Ezeiza Control, quién a su vez notificó la
novedad a la aeronave de Gendarmería.
Dada las circunstancias, y a pesar que desde el boeing 727-200 fue solicitada
la correspondiente autorización a Ezeiza control para iniciar
una espera, los pilotos prefirieron aminorar la velocidad y continuar
con la aproximación a Bariloche, aunque manteniendo la altura
crucero.(8) En definitiva, era cuestión de esperar unos minutos;
el tiempo suficiente hasta que el aeropuerto pusiera en funcionamiento
su equipo electrógeno. Por otro lado, existía la posibilidad
que la energía eléctrica de la ciudad se restableciera
rápidamente.
Ahora bien, si por el contrario ambas cosas no sucedían, entonces
sí, el ARG-674 debía ajustarse a una "alternativa"(9).
Claro que, para beneficio de la tripulación y de los pasajeros,
ésta no fue necesaria pues habiendo transcurrido unos cinco minutos,
el aeropuerto comenzó a operar con su grupo auxiliar de energía.
Y desde la torre de control, se entabló la primera comunicación
radial.
Ubicación geográfica
y características de la región.
La ciudad de
San Carlos de Bariloche, "capital del turismo invernal", se
encuentra en la provincia de Río Negro, al sur de nuestro país,
a 1.583 Km. de Capital Federal y a tan sólo 80 kilómetros
de la frontera con Chile.
Recostada a orillas del Lago Nahuel Huapi y rodeada por imponentes cerros
andinos, fue fundada oficialmente el 3 de Mayo de 1902, teniendo en
la actualidad unos 100.000 habitantes. Sus hermosos paisajes - montañas
nevadas, bosques y lagos - la convierten en uno de los centros turísticos
más importantes de la República Argentina. Tal es así
que recibe medio millón de turistas por año
En lo que respecta a las características de la región,
la carta topográfica del Instituto Geográfico Militar
(1984) nos dice, "...es posible distinguir dos ambientes bien diferenciados:
al oeste, el cordillerano, y al este, el de las mesetas. Al primero
corresponde un paisaje más moderno, con picos elevados como el
cerro "TRONADOR", de 3478 m, que debe su nombre al sonido
que produce la nieve y el hielo al desprenderse por sus laderas. Cercanos
a San Carlos de Bariloche se destacan los cerros " OTTO" "CATEDRAL"
y "LOPEZ". En el limite con Chile la cordillera se interrumpe
de a tramos configurando pasos que permiten el tránsito entre
ambos países, como el de Pérez Rosales y el de Buriloche,
usados por los aborígenes, que dio nombre a la zona.
La acción de los glaciares modeló el relieve originando
valles y lagos que deben a ellos sus formas alargadas y sus profundos
brazos. Su posición, al sur del País y cercana a la influencia
de los vientos provenientes del Océano Pacifico hacen que esta
región se encuentre dentro de un clima frío húmedo
que se va haciendo más árido hacia el este. Este cambio
en las condiciones climáticas es la esencia del contraste de
paisajes entre la montaña y la meseta".
A 11 kilómetros al Este de la ciudad, sobre la Pampa del Nahuel
Huapi, se levanta el Aeropuerto Internacional "Tte. L. Candelaria",
que fuera el escenario principal de los hechos.
Emplazado a 845 metros sobre el nivel del mar, tiene una sola pista
de aterrizaje, la número 28 -de 2.348 m. de largo, por 49 m de
ancho-, orientada aproximadamente de Este a Oeste (con mayor precisión
entre los 100 y 280 grados). Todos los aviones deben aterrizar y despegar
contra el viento, que es predominante del Oeste - Noroeste.
El procedimiento de aterrizaje y despegue de aeronaves se realiza mediante
instrumentos (V.O.R.,D.M.E, GP, etc.).
Un "detalle" importante - y para muchos desconocido- es que
éste aeródromo no cuenta con equipo de radar alguno (a
decir verdad, como muchos otros en la República Argentina). Por
un lado resulta sumamente crítico al tratarse de una región
de frontera internacional (Chile); por otro lado, el radar hubiera sido,
indudablemente, una pieza clave para la investigación del incidente.
Avistamiento en Dina
Huapi.
Dina Huapi es un apacible barrio recostado a orillas del Lago
Nahuel Huapí, a 16 km al noreste de la ciudad de Bariloche
-camino a Neuquén-, y a 7 km. -en línea recta- al norte
del aeropuerto. Pertenece al Departamento de Pilcaniyeu y tiene aproximadamente
1.500 habitantes permanentes.
Aquí vive el matrimonio Cabral, quienes aseguran haber presenciado
las evoluciones de un Objeto Volador No Identificado durante el apagón
de energía eléctrica ocurrido en la región, la
noche en cuestión.
Silverio Ramón Cabral, de 64 años, jubilado de
la fuerza policial (se retiró con el cargo de Suboficial Mayor),
vive con su esposa, la Sra. María Berta, de 51 años,
en un sencillo pero hermoso chalecito ubicado a 150 m. del lago y a
200 m. de la Ruta Nacional 237 (RN 237); ruta que une la ciudad de Bariloche
con Neuquén.
Durante la entrevista que mantuvimos en Dinahuapi, el 7 de Noviembre
de 1996, y a pesar del tiempo transcurrido, todavía se podía
percibir en ellos esa típica sensación - una mezcla de
emoción y excitación- que les producía el hecho
de revivir los acontecimientos. Este respetado y, a primera vista, sincero
matrimonio jamás imaginó lo que esa "luz intensa
color naranja con destellos verdosos" produciría en sus
vidas.
No dudan en lo más mínimo al afirmar que, desde la noche
de la observación, sienten y viven con una paz y una armonía
que antes del "encuentro" no experimentaban; "...todo
quedó tranquilo - nos expresó la Sra. Berta - parece que
vino una paz para nosotros que a mí me cambió y a él
- refiriéndose a su esposo - también...". Una frase,
por cierto, que la testigo repitió una y otra vez a lo largo
de la charla.
Todo comenzó a las 20.15 horas aproximadamente, cuando
el apagón de energía eléctrica los sorprendió
mientras miraban un programa de televisión. La noche, recuerda
el Sr. Cabral, se presentaba muy fría... "según nuestro
termómetro de pared en ese momento hacia aproximadamente 17º
bajo cero; estaba toda helada la ruta, no andaba nadie". Temiendo
que el corte de energía se prolongara por muchas horas, y como
no querían quedarse sin cigarrillos, Silverio le propuso a su
esposa de ir con el automóvil hasta el comercio más cercano.
Un autoservicio ubicado a pocas cuadras de la casa y a metros de la
RN 237.
Inmediatamente, y luego de abrigarse lo suficiente, salieron de la casa
para introducirse en el automóvil (un Fíat Regatta 2000)
que, probablemente a causa del intenso frío reinante, inicialmente
no respondió al arranque, por lo que Silverio se vio obligado
a bajarse para revisar la falla: "Abrí el capó y
di unos golpecitos al burro de arranque, y arrancó... esas casualidades
viste, coche nuevo, te podes imaginar que no falla nunca...", una
vez en marcha partieron.
Las secuelas de las intensas nevadas que azotaban por esos días
la región, eran perfectamente visibles en los caminos; estos
estaban poco menos que intransitables debido al hielo y a la abundante
nieve acumulada: " Andar sobre el asfalto de la ruta -explicaba
Silverio- era como andar sobre jabón...el coche no te respondía...".
Por tal motivo, la señora Berta, que iba al volante, decidió
transitar por una calle paralela a ésta que, al ser de tierra,
era mucho menos peligrosa.
Siendo las 20.25 h. aproximadamente, el Fíat aparcó en
la puerta del negocio. El matrimonio descendió e ingresaron presurosos
al local. Bajo la tenue luz de un farol de noche compraron dos atados
de cigarrillos y, luego de intercambiar saludos con el comerciante,
regresaron rápidamente al automóvil. Tras realizar una
maniobra, un giro a la derecha de 180 grados, detuvieron su marcha para
cruzar la ruta. (Como se aprecia en las fotografías ésta
se encuentra un poco más alta que las calles laterales, por lo
que se debe ascender una leve pendiente, permitiendo tener, desde el
interior del automóvil, un mayor ángulo visual en altura)
Fue Silverio, cuando se disponía a limpiar el empañado
parabrisas del coche, quién observó en primera instancia
al OVNI: -"¡Pará, pará!; ¡mirá
que luz rara tiene ese avión!"- le dijo a su esposa en una
primera reacción, mientras apuntaba al cielo. Berta inclinó
levemente hacia delante su cabeza y al descubrir lo que su marido le
señalaba exclamó con asombro: "¡Ay Dios mío!
¡¿Qué es eso?!"-. A través del parabrisas,
arriba y a la izquierda, un objeto intensamente luminoso se recortaba
en el oscuro cielo.
El matrimonio Cabral está muy acostumbrado a observar el paso
de los aviones, pues diariamente sobrevuelan su casa; por lo que saben
reconocer y diferenciar perfectamente, las diferentes luces que estos
poseen, con lo que en ese momento estaban contemplando.
Ese cuerpo luminoso, según el relato de los testigos, estaba
suspendido sobre el lago Nahuel Huapí, a considerable altura,
en dirección Sudoeste.(10) El cielo se presentaba con algunas
nubes muy tenues -como "gacitas"- pero en ese sector estaba
completamente despejado, o sea que la visión era óptima.
La distancia no la supieron precisar pues la oscuridad de la noche no
permitía puntos de referencia alguno, aunque Silverio en más
de una oportunidad arriesgó que, a su parecer, podía encontrarse
a la altura de las instalaciones de Canal 6 de televisión; ubicado
a la vera de la RN 237 y la intersección del camino que conduce
al aeropuerto, a 10 km. de la posición de los testigos.
La descripción del fenómeno, según se desprende
de sus testimonios, se ajusta a una fuente de luz ámbar de una
dimensión importante (como el reflector principal de un avión
comercial, a no más de 3.000 m de altura, como es característico
en la altitud de los vuelos en esa zona; de ahí su primera reacción
en pensar en un avión) pero con la particularidad de irradiar
hacia abajo su luz en forma de haces " como rayos láser
"-a decir de los testigos - (obviamente esto último en sentido
figurativo) del mismo color (ámbar) pero acompañados por
tonalidades verdes y azuladas como la luz emanada de un soldador autógeno.
Esos "haces", según nos aclaró Berta, no eran
lo suficientemente prolongados como para llegar al suelo sino que se
iban "diluyendo" a medida que se extendían hacia abajo
hasta desaparecer. Otro detalle destacable era que "Por momentos
parecía que se desvanecían, y no, volvía la luz
como dándose energía..."- expresó Silverio.
Y en ese aumento de intensidad la tonalidad pasaba a un anaranjado intenso
("naranja fuerte", para el testigo). Para la señora
Berta, lo observado le recordaba a "una ducha de baño",
porque esos haces de luz salían del cuerpo principal de la misma
manera que el agua (con el efecto lluvia) lo hace de una ducha.
Ahora bien, la fuente o cuerpo de tan intensa luminosidad no la pudieron
distinguir; sin embargo, por el contorno que esas luces le daban, podría
tratarse de un objeto circular u ovalado. Ante nuestra pregunta si percibieron
algún sonido, su respuesta fue negativa. Cabe señalarse
que durante toda la observación ambos permanecieron en el interior
del automóvil.
Decididos a descender del coche, Berta puso primera y cruzaron la ruta.
Cuando detuvo la marcha sobre un costado, y en el preciso momento en
que su esposo se disponía a bajar, el cuerpo luminoso se alejó
en dirección sudeste... hacia el aeropuerto, pero a una velocidad
asombrosa, imposible de calcular: "...mucho más ligero que
la propia vista..."- nos diría la testigo.
Para el matrimonio, una de las cosas más sorprendente de la observación,
fue la velocidad que imprimió en su alejamiento, o mejor dicho,
en perderse de vista en segundos: "...hizo así para allá
(Silverio señalaba hacia el sudeste) y desapareció...
Lo habremos visto unos metros y ya no estaba".
Huelga decir que resulta harto frecuente escuchar éste tipo de
descripciones de boca del o los testigos cuando pretenden dar una idea
de cómo son las tremendas aceleraciones del fenómeno OVNI.
Aceleraciones que no permiten observar la trayectoria completa de su
alejamiento; a diferencia de lo que ocurre con cualquier tipo de avión,
por ejemplo.
Luego de escudriñar todo el firmamento en busca del fenómeno,
y sin obtener resultados positivos, el matrimonio emprendió lentamente
el regreso a su hogar. A pesar de que la experiencia había durado
unos 10 segundos, a ambos le fue imposible borrar de sus mentes lo que
acababan de presenciar, y preguntándose que era aquello, arribaron
a la casa. Berta ingresó el coche en el garaje y Silverio procedió
a taparlo con una manta. Luego se dirigieron al interior de la vivienda,
percatándose que la energía eléctrica se había
restablecido...ya eran poco más de las 20.31 horas.(11)
A partir de ese momento, se sintieron muy confundidos, no pudiendo dejar
de pensar en lo observado. La extraña luz los había impresionado
a tal extremo que, esa noche, les resultaría difícil conciliar
el sueño. Al respecto, Silverio nos expresó: "...llegamos
a la casa y yo quedé tan sorprendido que le digo a mi esposa:
- Berta, es una cosa fuera de lugar lo que nosotros vimos...-; y todavía
no miramos televisión. ¡Nos olvidamos de la televisión!...¡Y
vos sabes que esa noche yo no dormí!...estaba mi pensamiento
en el objeto que habíamos visto y a cada rato le comentaba a
mi esposa: ¡ Qué cosa rara lo que vimos!..".
A lo que Berta acotó: " Quedamos tan sorprendidos y shockeados
-pero mal no, bien - que nos pusimos a jugar a la baraja y él
no se podía concentrar..."; "incluso hasta el día
de hoy cierro los ojos y parece que lo estuviera viendo".
Pero la incertidumbre de los Cabral no tardaría mucho tiempo
en despejarse. A la mañana siguiente, y a través de su
programa radial de "FM Bariloche", el periodista Carlos Calvo,
daba a conocer la sensacional noticia : El avistamiento de un OVNI llevado
a cabo por parte de la tripulación de un avión de Aerolíneas
Argentinas que se disponía a aterrizar en el mismísimo
Aeropuerto de la ciudad de Bariloche; pudiendo ser avistado también
desde tierra, por algunos operarios del aeródromo.
A raíz de esta información, Silverio no dudó en
comunicarse con la emisora para relatar lo por ellos observado...
|